Viña Casablanca La historia del vino en el chileno valle de Casablanca es relativamente reciente. Pero sin duda llama la atención como en poco más de 30 años esta zona del planeta ha conseguido hacerse un hueco en el panorama vinícola internacional. Fue en 1985 cuando el enólogo Pablo Morandé mostró los primeros Sauvignon Blanc que se produjeron aquí. Hoy es uno de los valles más concurridos del centro del país, donde se concentra la producción vinícola. El éxito de Casablanca tiene su causa en haber sabido hacer más diversa su oferta de vinos. Ubicado 40 kilómetros en dirección hacia la costa de la zona central de Chile, el Valle de Casablanca está a un paso de Santiago. Concretamente a 50 minutos por autopista. Así, queda a medio camino entre la capital chilena y Valparaíso. Uno deja atrás Santiago para encaminarse hacia el Pacífico por la ruta 68. Conforme se recorre el camino que acerca a Valparaíso, la ciudad costera por excelencia de Chile, la gran ciudad queda atrás. El verde se va abriendo paso. Primero en el valle de Curacabí, conocido por su producción hortofrutícola. Después en el valle de Casablanca, territorio para el vino.
Si la Sauvignon Blanc fue una de las primeras variedades en plantarse en esta zona, a día de hoy es la mayor productora de Chardonnay en Chile. Fueron las variedades de clima frío las primeras en plantarse en esta zona del país, allá por los años 90 cuando se plantaron gran parte de los viñedos que hoy conforman el valle de Casablanca. Pero sólo los vinos blancos han logrado un carácter que se los identifica con el valle. En Casablanca también es posible encontrar algunos de los mejores Pinot Noir del país o Cabernet Franc y Syrah. Todas ellas aprovechan las condiciones climáticas de Casablanca, con su condición de «valle de clima frío». Así, la influencia del mar en esta zona de Chile ayuda a mantener una temperatura moderada que oscila entre 27ºC y 23ºC durante los meses de enero y abril (verano chileno). Además, en invierno la zona se ve frecuentemente sumergida en heladas, que han llevado los termómetros hasta los -8ºC. El carácter “frío” del clima por esta zona logra obtener unos vinos con una acidez más elevada y cuerpos más equilibrados. Casablanca tiene una superficie de más de 6.000 hectáreas y se divide en diferentes subvalles.
Para visitar Casablanca es posible realizar una ruta del vino, que incluye numerosas bodegas en su mayoría están abiertas al público. No obstante, en algunas de los viñedos se debe reservar con anterioridad.